Ser respetuosos con el medio ambiente ya no es sólo cosa de los vivos. Los entierros clásicos, los de toda la vida, no son biodegradables y muchos de los que ahora optan por una vida 100% verde también elegirán, para su muerte, un funeral ecológico.
Leticia Rialto
Este tipo de despedida sostenible ha adquirido muchas formas. Así, podemos encontrar desde las llamadas Urnas Bio, que llevan dentro una semilla de pino, hasta unas vainas orgánicas en las que se introduce el cuerpo del difunto en forma fetal para que, al cabo de los años y con los cuidados oportunos, se acabe convirtiendo en árbol. Unas ideas muy originales a las que cada vez se están sumando más adeptos.
La muerte tiene un precio
Nos creemos eternos y nos da pavor la muerte. Sólo la idea de que podemos morirnos nos aterra de tal manera que la descartamos como si fuera una especie de spam mental que podemos enviar a la carpeta de correo basura. Las firmas del sector lo saben e intentan no herir sensibilidades con discursos blancos. Y de ahí que la innovación esté a la orden del día, como la opción de los entierros ecológicos, una fórmula que vende vida después de la muerte.
Pero las defunciones se producen a diario. Según el último estudio Radiografía del sector funerario, elaborado por la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), la tasa de mortalidad en España es una variable estadística estable que ronda, al año, las 390.000 defunciones, y el negocio de las funerarias mueve un importante volumen de facturación: en 2015, el último año analizado, éste se elevó hasta 1.475 millones de euros de los que casi la mitad corresponden a la partida de servicios funerarios (arca, traslado del difunto, instalaciones para velatorio, coordinación de ceremonias, etc).
Fuente: http://www.futurosostenible.elmundo.es/transformacion/entierros-ecologicos-un-negocio-al-alza