Celebraciones y homenajes a los muertos alrededor del Mundo
En todo el mundo existe un día para recordar a las personas que ya no están con nosotros; sin embargo, todos los países lo celebran de diferentes modos, dependiendo de su religión, cultura y tradiciones.
Hemos recorrido el mundo para conocer las diferencias sobre cómo se celebra algo tan natural como la muerte. En muchas culturas no es un día triste, sino más bien toda una festividad en recuerdo de la vida de aquellos, que ya no están con nosotros.
La mayoría de los países lo celebra entre los días 31 de octubre y 2 de noviembre, a raíz de la fiesta celta de Samhain cuyo origen se remonta a hace más de 2.500 años. Esta festividad pagana, con la llegada del Imperio Romano y el cristianismo, se convirtió en el llamado “All Hallow´s Eve” (Día de Todos los Santos) que, posteriormente, se popularizó como la archiconocida y mundialmente celebrada Halloween.
Recorrimos los países donde CINTAF opera y nos encontramos con el contraste de la Fiesta mexicana y la solemne visita al cementerio en los países europeos (España, Polonia, Hungría y Rumanía). Las fechas coinciden, aunque en la cultura rumana ortodoxa, además de los días 1 y 2 de noviembre, también se visita los cementerios para honrar a los familiares difuntos el domingo de Pascua.
Durante nuestro viaje virtual hemos encontrado algunas culturas donde el calendario de festividades es radicalmente diferente. En China, por ejemplo, se celebra los primeros días de abril y aparte de limpiar las tumbas, comer y beber, dejan dinero y una maqueta de cartón de un coche (tradición cuyo significado aún estamos investigando); mientras, en Corea del Sur lo celebran en los primeros meses del año, coincidiendo con la luna llena. En Nepal, la fiesta se llama “Fiesta de las Vacas”, tiene lugar entre agosto y septiembre y conmemora a todos los difuntos del año. Nos llamó poderosamente la atención la costumbre de los toroja (habitantes del pueblo indonesio Baruppu), quienes cada tres años desentierran los cuerpos momificados de sus familiares muertos, los lavan, los cambian de ropa y pasan un rato con ellos compartiendo mesa y mantel.
Para los camboyanos, en cambio, no basta con una noche. Organizan un festejo de 15 días entre septiembre y octubre para recibir aquellas almas del infierno que no han podido reencarnarse y compartir con ellos un festín que tiene un número casi infinito de platos.
Como se ve, la mayoría de los pueblos no europeos asocian el homenaje a los difuntos con comida, bebida, baile y muchas veces risas.
En lo que atañe a España, podemos encontrar diferencias por regiones, donde lo gastronómico se manifiesta en los dulces típicos de la época: huesos del santo, buñuelos de viento, panellets, rosquillas de anís, borrachillos, pestiños y un largo etcétera.
Además, hay representaciones de obras literarias como El monte de las Ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer en Soria o Don Juan Tenorio de José Zorilla en Alcalá de Henares; también hay carnavales, procesiones, el curioso día de la Mochila en Ceuta, así como una lista interminable de costumbres y tradiciones populares.
Estemos donde estemos, seamos de donde seamos, queda claro que los muertos siguen presentes en nuestra cultura y forman parte de nuestras vidas. Esperamos que con este breve viaje hayamos conseguido que cada uno, a su manera y según sus creencias, tome un momento para recordar a los seres queridos que ya no están con nosotros.