Más del 84% de la población es usuario activo en Internet. Llenamos nuestras vidas de perfiles, tweets, blogs, cuentas corrientes, contraseñas y un sinfín de apariciones en la «nube». Muchas veces ni siquiera somos conscientes del rastro que dejamos en la Red.

Cuando alguien muere, su blog sigue publicado y es posible seguir leyendo lo que el fallecido escribió en vida; pero también siguen ahí sus cuentas en redes sociales, su correo electrónico y cualquier huella digital que el usuario haya dejado en el ciberespacio.

Pero, ¿qué pasará con nuestra vida digital cuando ya no estemos para gestionarla?, ¿Qué sucede con el perfil en las redes sociales tras la muerte?, ¿Qué ocurre con el correo electrónico personal?, ¿y con los blogs escritos para ser difundidos y leídos en Internet?

Utilizando el servicio de Borrado Digital de CINTAF, todas estas cuestiones podrán ser resueltas de manera ágil, profesional y totalmente confidencial, sin que la familia tenga que enfrentarse a los gigantes de la Red y evitar que la información se quede anclada en un limbo digital.